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Lo que está ocurriendo con las criptodivisas: desde el auge y la caída hasta la aceptación del gobierno
Las criptodivisas se han consolidado como un mercado útil para mover dinero, comerciar y ahorrar: solo el valor del bitcoin ha pasado de 10 a 40.000 dólares en los últimos 10 años. Y las ventas de arte tokenizado en 2021 ascendieron a casi 300 millones de dólares: por ejemplo, el bloguero ruso Varlamov consiguió vender un gif con naranjas cayendo por 14.007 dólares. Pero a pesar de los éxitos monetarios, las criptodivisas tienen poco estatus oficial: mientras que en Japón y Estados Unidos las criptodivisas pueden utilizarse para pagar bienes, en Egipto o Qatar están totalmente prohibidas. En Rusia, el Estado sigue sin decidirse. "Hitek", junto con Currency.com, cuenta cómo evolucionaron las criptodivisas, por qué los estados tienen miedo de reconocerlas y si el dinero digital vencerá al fíat, las clásicas monedas de papel controladas por los estados.
De la compra de pizza a los criptomillonarios
Bitcoin vio el mundo hace casi 13 años: fue entonces cuando un individuo o grupo de individuos, aún no conocidos con seguridad, bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto publicó un artículo llamado "Bitcoin. Un sistema monetario electrónico entre iguales". En él se explicaba detalladamente cómo estaba estructurado el bitcoin y qué transacciones se podían hacer con la primera moneda digital. Lo que les gustaba a los aspirantes a criptoentusiastas era la total ausencia de bancos y gobiernos, así como de inflación. Pero hoy, el bitcoin, junto con otras criptomonedas, está en el centro del discurso público y gubernamental.
Bitcoin se basa en la tecnología blockchain, una cadena continua de bloques con información sobre todas las transacciones realizadas. La ventaja de esta forma de almacenar los datos es que sólo pueden recuperarse si todos los participantes en la cadena están presentes.
Otra característica del bitcoin es el número limitado de caracteres digitales. Según la idea de los autores, se puede "crear" un máximo de 21 millones de bitcoins.
La emisión de fichas digitales se realiza a través de la minería. A diferencia de la impresión relativamente sencilla de dinero fiduciario, la minería es la solución de un problema matemático muy complejo que da lugar a un nuevo bloque en la cadena de bloques.
La humanidad ha sido literalmente más astuta que ella misma al crear el bitcoin: al deshacerse del equivalente en oro de la próxima generación de dinero, los mineros se han condenado a los enormes costes asociados a la búsqueda de nuevos bloques. La recompensa por la minería, a su vez, está disminuyendo. En 2009, los mineros obtenían 50 bitcoins por bloque, tres años más tarde eran solo 25 y en 2017 rondaban los 12. Los expertos calculan que el último bitcoin se acuñará en 2140, con 18,5 millones de criptomonedas "acuñadas" hasta la fecha. El valor de los primeros bitcoins se calculó en miles: mil monedas por un dólar.
La primera compra de bitcoins se remonta a 2010. Un programador de bitcoins de EE.UU. (durante mucho tiempo se pensó que los bitcoins eran un juego de frikis - Hitech) Laszlo Hanic compró dos pizzas, pagando unos 10 mil bitcoins por ellas. Hoy, son 65 millones de dólares.
El ascenso de Bitcoin comenzó en 2011, cuando alcanzó por primera vez la marca de 10 dólares. El interés por la criptomoneda comenzó a crecer, especialmente entre quienes veían el potencial de la nueva tecnología. Al mismo tiempo, comenzaron numerosos ataques de hackers y robos que minaron significativamente la credibilidad de la criptomoneda, con ladrones cibernéticos que robaron 25.000 bitcoins al fundador de Bitcoin Forum. En 2013, la cotización de la moneda digital alcanzó los 100 dólares, y después de que el editor de juegos online estadounidense Zynga se interesara por los bitcoins, la moneda empezó a valer entre 600 y 1.000 dólares. El interés por el bitcoin (y el blockchain) se vio alimentado por la crisis financiera de 2008-2012, cuando crecía la desconfianza en las instituciones financieras tradicionales, entre otras cosas debido a la inyección de enormes cantidades de dinero fiduciario en el mercado. La moneda descentralizada era para muchos una posible salvación ante futuros colapsos de las economías.
2017 fue un año histórico para el bitcoin: primero, la moneda digital superó el valor de una onza troy de oro (unidad de masa que equivale a unos 31,1 g -Hytech-) con 1.235 dólares, y luego Japón la declaró de curso legal. La moneda digital no pudo seguir el ritmo: los inversores reaccionaron violentamente al primer reconocimiento oficial de la moneda y elevaron su valor a casi 5.000 dólares.
Cada bloque de la red blockchain contiene 1 MB de información sobre transacciones. Esta limitación permitía encriptar los registros de forma más segura, pero al mismo tiempo hacía mucho más difícil su escalabilidad. Con este tamaño de bloque, se pueden procesar correctamente entre tres y siete transacciones por segundo, y se tarda hasta diez minutos de media en formar un nuevo bloque. El sistema simplemente no ha seguido el ritmo de la rápida evolución de la criptodivisa: el número de transacciones ha pasado de 100.000 a 300.000 al día a lo largo de los años.
A pesar de que China prohibió oficialmente las ICO de criptomonedas en 2017, el bitcoin siguió creciendo rápidamente, superando los 10.000 dólares. Según los expertos, la limitada emisión de bitcoin y la falta de regulación del mercado de criptomonedas influyeron en ello. Ese mismo año, su capitalización alcanzó los 270.000 millones de dólares, lo que permitió a la moneda digital convertirse en una de las cinco mayores divisas.